Un pintxo no es una tapa, un picapica o una ración. Es un bocado individual, cuidado al mínimo detalle y elaborado especialmente para quien lo pide. En San Sebastián, te muevas por donde te muevas, encontrarás una amplia y variada oferta de pintxos. Incluso en un único bar, las propuestas pueden ser inabarcables. ¡Qué decir de la Parte Vieja! Se dice que harían falta 100 días con todas sus horas para poder ver todas las obras de arte de El Louvre: algo parecido puede pasar en la Parte Vieja donostiarra.

Pero no es oro todo lo que reluce, por ello una lista como la nuestra, que distingue la calidad, te ofrece los 99 mejores pintxos de San Sebastián, seleccionados por los 11 chefs con estrella Michelin de Gipuzkoa.

Ahora toca elegir qué pintxos de la lista quieres degustar, y lanzarte a este insuperable plan gastronómico. Pero ir de pintxos tiene su ritual, y por ello vamos a darte siete pautas para que tu experiencia sea plena, y la vivas como un donostiarra.

UNO
Un bar, un pintxo. Sabemos que la tentación es mucha, y que en algunos bares podríamos comernos todo lo que hay en la barra, pero ir de pintxos es una experiencia casi nómada, y cuantos más bares visitemos, más especialidades podremos degustar.

DOS
Tomemos más de un pintxo en un bar. Ya, la segunda pauta contradice la primera. Pero es que las normas inquebrantables poco tienen que ver con un plan tan hedonista como este. ¿Que no puedes resistirte a la tentación de esa barra que parece un festín? Pues déjate llevar.

TRES
No te hace falta plato. Es probable que cuando te acerques a la barra, un camarero te dé un plato, para que pongas en él los pintxos que quieras tomar. Esta es una costumbre reciente que viene dada por la amplia presencia de turistas. Los donostiarras no cogemos ese plato: no hace falta, vas a comer de pie. Ve comiendo los pintxos a medida que te los pida el cuerpo, no los acapares en un plato como si tuvieras una cartilla de racionamiento. No te preocupes, no se van a acabar.

CUATRO
Coge los pintxos fríos, pide los calientes. Los pintxos fríos, que son los que se exhiben en la barra, los cogemos directamente, sin pedírselos al camarero. Puede que haya pintxos calientes en la barra, como por ejemplo croquetas, pero generalmente están a modo de muestra. Si no tenemos claro qué oferta de pintxos calientes tienen, se lo preguntamos a un camarero. E incluso podemos consultarle cuál es su especialidad, o si estamos despistados, qué pintxos están incluidos en la selección de los 99 pintxos. Con esos, ¡aciertas seguro!

CINCO
El trago, mejor corto. Si la idea es tomarse un pintxo en cada bar, y prolongar la experiencia en cuatro, cinco, o más bares, como pidas una pinta de cerveza en cada uno de ellos, a la mañana siguiente no vas a recordar qué comiste. Un zurito (un corto de cerveza), un txikito (un corto de vino), un marianito (un vermut), un txakoli, un mosto o una sidra son el complemento perfecto para maridar con los pintxos. Pero mejor si te centras en una única bebida: si vas cambiando de una a otra con cada pintxo, es probable que a la mañana siguiente tampoco recuerdes qué comiste.

SEIS
Indoor u outdoor, lo que te pida el cuerpo. Ya te hemos comentado que la experiencia de ir de pintxos supone comer de pie. Lo puedes hacer junto a la barra, o en otro punto del bar, pero si el tiempo acompaña, también puedes hacerlo en la calle. Gozar de un día soleado en San Sebastián es otra experiencia que conviene no dejar pasar. Es probable que al día siguiente llueva. Y que tengas resaca. Mala combinación.

SIETE
Confía en el camarero: el camarero confía en ti. A la hora de pagar, indica al personal de barra aquellos pintxos que hayas consumido, que serán los que te cobrarán. De todas formas, ten en cuenta que probablemente los camareros llevarán la cuenta mejor que tú.

Ya estás preparado para vivir la experiencia de ir de pintxos como un donostiarra: ¡ahora solo te queda decidir cuántos pintxos de nuestra lista te vas a comer!